Friday, March 12, 2010

C.A.S. #1

Me gustó mucho lo que he leído de Cien años de soledad. Lo que me llamó más la atención fue los elementos cómicos de los personajes, que es todo típico de la escritura de Gabriel García Márquez. Hace que la historia sea más personal y accesible. José Arcadio Buendía es excéntrico y fascinado por las invenciones. Pasa mucho del tiempo aislado de la sociedad en su laboratorio, todo lo que no le gusta a su mujer. Me fijé en los elementos que tiene la historia en común con las demás obras de García Márquez, como Crónica de una muerte anunciada. Ambos se basan de un escándalo, en este caso Buendía no puede impregnar a su mujer y Prudencio Aguilar lo sabe. Típico de la escritura de García Márquez, el conflicto resulta en un duelo entre los dos. Y aquí entra de la misma manera el realismo mágico. Cuando matan a Santiago Nasar en Crónica de una muerte anunciada, se ríe y el machete sale limpio y no ensangrentado de su cuerpo. Aquí la fantasma de Prudencio Aguilar vuelve a molestarles. Tal vez García Márquez hace crítica de los rituales de matrimonio dentro del cuadro de la sociedad. En Crónica, Ángela Vicario ha perdido su virginidad antes de casarse, por la presupuesta culpa de Santiago Nasar, aunque a lo largo de la historia no sabemos. De modo similar, Úrsula Iguarán tiene miedo de consumar el matrimonio. El interés de Buendía en la alquimia es algo de lo mágico en sí porque tiene que ver con una ciencia inventada sobre la base de creencias mágicas. Además es interesante que Macondo esté lleno de gente joven y nadie ha muerto. Me llamó la atención de la manera en que García Márquez cuenta la historia. Como en Crónica, que empieza con el hecho de que ya sabemos que el protagonista muere al final, vemos el mismo modo de contar los eventos en forma de descripciones retrospectivas, y forman una serie de narración que maneja la trama. Todo esto establece un tono que es algo mítico, como una historia oral que trasciende las edades. Por el lado de lo real, vemos el mencionar de Sir Francis Drake, figura histórica que existía de verdad. Esto no corresponde a lo que dice García Márquez respecto al vivir en el tiempo en que los objetos no tenían nombre. Es una técnica de desorientarnos pero al mismo tiempo, sostenernos conectados a la historia.

No comments:

Post a Comment